Olvida por un momento lo que se nos dice que debemos de hacer. Ponte en el lugar de Jesús.
¿Haz alguna vez sentido un dolor tan terrible que quisieras morirte para dejar de sentirlo? Si no conoces ese tipo de dolor, te puede ser difícil entender lo que te diré a continuación, pero si lo has experimentado, entonces me entenderás. Una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. Desde un momento de tranquilidad todos podemos decir: es importante perdonar. Pero Jesús estaba siendo torturado en ese mismo momento. Y oró por las personas que le estaban causando el dolor!!!
Las personas que le hacían sufrir un dolor insufrible, eran las personas por las que el intercedía delante del Padre. La historia de Jesús la podemos mirar como el que lee un libro de acontecimientos pasados y sólo mirarlo desde lejos, o podemos vivir cada momento de los acontecimientos bíblicos y ver así la realidad de nuestro Señor y de nuestras vidas.
¿Qué se me podría hacer a mí que sea tan terrible como lo que se le hizo a Jesús? Y si aún se me hiciese, yo soy pecador y me merezco las cosas malas que me pasen en la vida. Pero Jesús nunca pecó, nunca le causó mal a nadie.
¿Que me puede impedir a mi que yo perdone?
Por eso te digo que estas palabras cambiaron mi vida.
Porque yo si creo que Jesús las dijo. Yo si creo que las dijo en el mismo momento de la agonía. Y sobre todo, yo si creo que su petición fue genuina donde el realmente deseaba que Dios los perdonara. Es mas, su gozo aun en ese momento estaba en que el Padre los perdonase!
Lo que Jesús predicó fue genuino. Cuando dijo orad por vuestros enemigos, era por que el mismo lo hacia y lo hace. Cuando dijo perdonad hasta setenta veces siete es porque el mismo cree en perdonar.
Es aquí donde esta mi seguridad en que no importa cuan miserable yo sea, el me sigue amando, y si mi arrepentimiento es de corazón el me sigue perdonando. Por la sencilla razón que ese es el, un Dios de perdón y de misericordia.
Hoy tengo paz que el me ha perdonado. Por Jesús decir esta palabra yo creo que Jesús de verdad vive cada palabra que predica. Mi seguridad en el no depende de mi palabra, depende de su palabra!
Pastor Pablo Caballero.
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